Un péndulo muestra la hilacha. Y yo mojando mi frente en la lana albiceleste de un ayer.
Fui testigo
de sus ojos dando luz a la vida en dirección al cielo,
-por el vicio de interrumpir sueños de madrugada-.
Fui confidente
del arpa que vociferaba el murmullo de mis pies agrietando la arena, magullando su falta de respeto a la poética de un destino tachado escrito en los remansos cartográficos de la piel.
Fui cómplice
colgado de la llovizna, y me dejé dejando el tiempo pasar.
Fui culpable
imputado por mis propios suspiros,
y decidí perderme en la invención de un idioma que mida sus palabras en kilómetros para condensar las noches en las llamas de su pelo y aprender a deletrear la aurora
de cuando lo trágico se vuelve dulce;
a la distancia.
Cito la frase tuya: "no hay cuánto, hay cómo" que viene muy bien para este espacio tuyo donde demostrás a través de cada una de tus obras, cómo se puede llegar al receptor, generando en el distintas sensaciones.
ResponderEliminarReticencias de un Nido Profanado sigue con vida, eso me gusta.
¡te amo!
No entiendo un corno lo que intentó decir "anónimo". De todas maneras, el humor cordobés tiene sus aristas incomprensibles. Punto y aporte: ¿me parece a mi o ese cuerpo abyecto es el de Roberto Carlos Jasaja antes de tomarse el Pingotal en comprimidos? Dejensé de joder! Cano!!! seguí dibujándola a la tetuda que tenés de modelo... ya te la sabés de memoria... aparte está un bombazo. Gran dibujo!
ResponderEliminarPor favor ... no me sigan censurando los comentarios que le pongo mucho glamour a este blog. Auspició Gomería Cano. Gracias.
ResponderEliminarmmm yo no hacia ningún chiste asique no entendí por qué humor y mucho menos por qué cordobés.
ResponderEliminarIgual si concuerdo con vos en que Pepe siga dibujando a la "tetuda" le pone más emoción a este espacio jaja
Saludos!!!
Lanónima.
Queremos más tetuda!
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