martes, 13 de septiembre de 2011

Crónicas de Mierda y Cartón Industrial


“Y he de abrir los ojos para contemplar la versatilidad de la materia multiplicada, ramificada, avanzando firme y constantemente, desafiando la dimensión del tiempo y el espacio.” [Pedro Sésamo 4: 7]
       Juan Pérez se recuesta en su sillón, levanta la mano, toma el control remoto y presiona con su dedo índice el botón rojo.
       Ahora ¿quién me explica con qué embudo metieron al mundo en una pantalla?, ¿y a esta dentro de mi casa? (hablar de mi casa dentro de la pantalla ya es otro tema y quizás otra pantalla por el momento). De todas maneras se ve que no cabe entero, o que haría falta en enema de realidad, o una liposucción de intereses a los que se encargan de seleccionar las partes del puchero que nos toca tragar. Y así se mezclan con la misma cuchara los debates políticos, los suicidios en cámaras, el resumen de goles semanal, la sangre en las rutas, el revuelo de lentejuelas, rimel y plumas en las riñas farandulezcas, las entrevistas a familiares y vecinos del muerto, con  la discusión de un ex-sordo y un gaucho en donde el primero asegura ser vegetariano porque un brócoli le enseñó a cantar el arroz con leche mientras que el otro afirma que come carne por ser gaucho y no aprender a payar el andón pirulero; por mencionar un solo canal. La noticia de hoy es el comentario de mañana, y pasado sirve para encender el fuego, como reemplazo de papel higiénico o para levantar la mierda del perro.
       El problema quizás seria la síntesis que se logra como resultado del juego dialéctico entre la realidad que mamo en el día a día y la que me exhiben y consumo desde el sillón. Ambas son, existen, y yo participo de ellas. Pero... ¿cómo conciliar ambas dinámicas? Las ofertas abundan, es sólo cuestión de tomarlo con soda, usarlo, tirarlo y pasar a otra cosa. Las cosas que en otros tiempos podrían habernos llevado una eternidad hoy en día se pueden lograr casi instantáneamente, por ejemplo, ¿quiere tocar guitarra? ya no es necesario pasar años de atril, en sólo dos semanas le enseñamos a tocar “stair way to heaven” con ritmo de chacarera a través de un revolucionario método sudoku, practique sólo cinco minutos diarios mientras come, se ducha, copula o va al baño y si llama en los próximos veinte minutos le regalamos un aparatito para adherir en el interior de su guitarra que tocará la canción por usted, sólo deberá mover la mano para aparentar, ya no es necesario venderle el alma al diablo. La salamanca cerró por vacaciones y abrió una sucursal en cada esquina, si viera de fácil conseguir un préstamo, presentando D.N.I. o cédula federal,  y en su defecto carné de manejo autentificado por el patova de su boliche más cercano o mandando un mensaje de texto con la palabra que quiera al 666.
       Todo es nada, pero es ahora, ya, y si no es desechable o no hay botón que lo haga no sirve, no se comprometa, no se comprometa, a la corta lo agradecerá y a la larga no importa, ya estará en otra, si hasta la identidad se vuelve desechable, manténgase posmo no más.
       Y así, desde el simulado “comfort” de su sillón, luego del bombardeo informativo y el tedio de un yugo alienante, el cayo en el alma vuelve cualquier golpe, banal, y cualquier esfuerzo, impotente, intransigente, nulo. Y bueno... hay que tener en cuenta que la vida puede ser bastante dura si se toma en cuenta eso, que la vida puede ser bastante dura. Mejor le cuento un chiste: Juan Pérez se recuesta en su sillón, levanta la mano, toma el control remoto y presiona con su dedo índice el botón rojo....
                                                                                              Astor  S. Bellagamba

Publicado en la Revista Ojo al Charqui, Nº2. La Mariátegui, Sgo del Estero; 2010.


1 comentario:

  1. "...y si no es desechable o no hay botón que lo haga no sirve, no se comprometa, no se comprometa...", esta interesante frase me remite ineludiblemente a los artistas visuales que pretenden convencernos de su "contemporaneidad" haciendo cosas que ya se hacían hace 80 años y sin sudar la camiseta.
    "...si hasta la identidad se vuelve desechable"!!! ja,ja,ja,ja,ja,ja!!!! Qué gran texto!. Ampliaremos.

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