miércoles, 21 de diciembre de 2011

Reciclaje

Yo quería regalarle las mañanas que justifican los exilios.

Esas que se presentaban como agazapadas en los rincones más frescos de la cama, esperando ser encontradas,
                        acariciadas,
                                               por sus pies o los míos.
Son las mañanas que me amarran los tobillos;
                                                                                     las que huelen el café y buscan beberlo apresuradas para volver a tenderse sobre el colchón.
Y así, procedo a pisar los sonetos que las corrompen traficando sus olores y sudores viejos al costado de la almohada.
Así inventamos desencuentros como vueltas espirales. Así se cotizan los lamentos que se beben con el aire como besos fantasmas,
                                                   como en gotas de aliento.
Yo quise perpetuar los brotes de las orquídeas y terminé de nuevo girando suspendido en el columpio para arar la tierra con mis pies.
Era aquí un nuevo intento de llegar volviendo.

Y ella sólo quiso bailar mientras la luna aún estaba vacía.

3 comentarios:

  1. Que lindo tu blog Pepin!. Jopi.

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  2. Aguante el blog! Te fijaste que toda la chinada se vendió al facebook? Mirá de lo que se pierden! Felicitaciones Pepín! Hermoso laburo!

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  3. Gracias Jopi, me alegra le haya gustado.
    Muy buenos que quedemos algunos dandonos bola por este medio, como dice el maestro Rios: "Te fijaste que toda la chinada se vendió al facebook?" Jaja Jasajaja

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